Una propuesta de interpretación constitucional

La igualdad y todavía de manera más exacta, la desigualdad resulta un estado de cosas cotidiano en nuestras sociedades y como es sabido, ha generado los más apasionados debates desde que el ser humano comienza a relacionarse con otros y en esta interacción puede percibir sus diferencias respecto del resto de los individuos. Este proceso se trata en consecuencia, de la evaluación de las similitudes o diferencias fácticas existentes entre diversas circunstancias y personas, las cuales consisten meramente en comprobaciones empíricas de una realidad natural: Las diferencias existen y son naturales.

Con todo, resulta de la mayor utilidad no solamente para el Derecho, distinguir entre las diferencias que son características de los seres humanos y en consecuencia deseables de conservar y proteger y la posibilidad de que estas mismas ocasionen en la práctica un desigual goce de los derechos o de manera más específica todavía generen o mantengan una situación de exclusión o subordinación entre personas por el sólo hecho de no acomodarse a un modelo considerado “normal” o aceptado.

Resulta habitual escuchar que esta clase de conductas se encuentran enraizadas en nuestra cultura en cuanto fenómenos y estructuras sociales instaladas fuertemente en nuestras sociedades. De manera derivada se suele señalar que es la misma sociedad, la cual mediante procesos propios pone fin o desnaturaliza esta clase de conductas. Sin embargo, se estima que es precisamente en este punto donde el Derecho puede realizar una contribución patente a la vida de las personas, por cuanto en la tarea de eliminar o al menos de disminuir estas situaciones atentatorias contra la dignidad humana el derecho a la igualdad o no discriminación posee un potencial enorme.

Si bien en muchos aspectos se pretende un abordaje relativamente completo, lo cierto es que en varias ocasiones dicha labor resultaría inaprehensible, tratándose no de cualquier derecho fundamental, sino de la igualdad. Este hecho, unido al paradigma que representa España para Hispanoamérica y el curioso caso de Chile en su regulación de la igualdad, así como el conocimiento más profundo que de estos dos sistemas jurídicos en particular se tiene por parte de la autora, han ocasionado que de manera preferente se haya optado por el análisis de la regulación de dichos países para conocer el tratamiento de la igualdad. Con todo, este tratamiento preferente en ningún caso implica exclusividad, pues se han utilizado fuentes de diversos países y especialmente de los sistemas regionales de protección de los Derechos Humanos.

El derecho a la igualdad con el correr de los tiempos ha sufrido cierta homogenización en los distintos sistemas jurídicos, por cuanto especialmente el sistema internacional de derechos humanos ha logrado permear la regulación estatal en la mayoría de las ocasiones, imponiendo sus interpretaciones de la igualdad. Este fenómeno, lejos de ser negativo plantea algunos desafíos especialmente en relación a la interpretación de los derechos fundamentales y es precisamente a la tarea que se aboca este libro, al análisis de una opción interpretativa del derecho a la igualdad: la igualdad como no subordinación o no exclusión.(www.librotecnia.cl)